TIPOS
DE QUEMADURAS
El
peligro de sufrir quemaduras es constante en la vida diaria. Desde
las quemaduras solares a las causadas directamente por el fuego, hay
toda una gama de posibilidades y situaciones de riesgo. En el
presente trabajo se abordan algunos de los diferentes tipos de
quemaduras.
La
quemadura solar se presenta cuando el grado de exposición al sol o a
una fuente de luz ultravioleta excede la capacidad del pigmento
protector del cuerpo, melanina,
para proteger la piel.
Además del
bronceado y del eritema solar, la radiación UVB también es la
responsable de la disminución del sistema inmunitario de la piel,
que se vuelve más susceptible a presentar el ataque de agentes
patógenos como el virus del herpes.
Para
prevenir las lesiones causadas por el sol, debemos recordar que los
niños menores de tres años son especialmente susceptibles a
presentar este tipo de quemaduras, por lo que no deben exponerse
directamente al sol y que incluso en la sombra (las nubes no impiden
que los rayos solares actúen sobre la piel) deben protegerse con un
producto de máximo factor de protección, sin olvidar el uso de
gorro, gafas de sol y una indumentaria fresca que cubra las zonas más
sensibles. También recordar que las horas de máxima insolación son
las que van desde las 12.00 a las 16.00 horas, y que el riesgo de
presentar quemaduras en la alta montaña o el mar abierto es elevada.
Asimismo, hay que tener en cuenta que la arena de la playa o el
césped reflejan la radiación aumentando sus efectos nocivos sobre
la piel.
Cada
año La Cruz Roja presenta campañas para concienciar a las personas
sobre la importancia de protegerse del sol. Aquí un ejemplo de
“Quiérete mucho”
Esta es una
de las causas más frecuentes de quemaduras graves, especialmente en
los niños pequeños. Los líquidos calientes se extienden con
rapidez por la superficie cutánea penetrando con facilidad hasta
capas más profundas. Los líquidos de naturaleza grasa (aceites) son
todavía más dañinos, puesto que poseen una mayor adherencia a la piel.
La
exposición intensa a los vapores y gases producidos por la
combustión o ebullición de diversas sustancias puede producir
quemaduras en la superficie de la piel y las zonas expuestas, como
nariz, garganta o zonas aéreas.
Las
sustancias cáusticas, ácidas o alcalinas producen quemaduras al
contactar con la piel. En el caso de entrar en contacto con un
álcali, no debe ponerse la piel en contacto con el agua, ya que
puede producir quemaduras. Hay que tener especial precaución con los
productos de limpieza de uso habitual, en particular los que
contienen amoniaco o decolorantes, puesto que pueden ocasionar
lesiones graves en los ojos y en la piel.
Las
quemaduras por electricidad pueden ser de dos tipos: por contacto y
por fogonazo. En el primer caso, se ve afectada una pequeña pero
profunda zona, con cierta destrucción de los tejidos, que acaban
separándose y desprendiéndose. Por el contrario, las quemaduras por
fogonazo son más superficiales y afectan a una zona más extensa de
la piel, por lo que su tratamiento es similar al de las quemaduras
superficiales.
Las
lesiones producidas por una descarga eléctrica deben ser tratadas
por un especialista, ya que, a pesar de que en ocasiones parecen de
carácter leve, pueden originar lesiones internas graves. Si el
choque eléctrico ha sido intenso, pueden producirse alteraciones del
ritmo cardíaco, puesto que el corazón funciona con pequeños
impulsos eléctricos, por lo que podría modificarse el ritmo del
latido del corazón e incluso ocasionar un paro cardíaco y
respiratorio.
Quemaduras
por fuego directo
Junto a las
quemaduras producidas por contacto con líquidos calientes, el fuego
directo es el agente más frecuente de quemaduras graves.
Las
lesiones producidas por una descarga eléctrica deben ser tratadas
por un especialista aunque puedan parecer de carácter leve.
Precaución
extrema con fuegos artificiales.